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ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA

ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA Unas veces, salen sin pedir permiso y te piden que las pongas en algún lugar, como si estuvieras hablando y a las palabras se las llevara el blog. Otras veces, las encontrás en borradores que habías descartado y las ponés así, revueltas, desordenadas, como la ropa vieja que se cocina con lo que quedó de la noche anterior. Palabras que desean tocar, pellizcar, acariciar, poner la oreja y encontrarse con otras que al igual que ellas desean salir de alguna garganta.

domingo, 22 de mayo de 2011

Correr el riesgo de equivocarse

Había algunos días que, en las clases de matemática de la escuela primaria, la maestra nos daba problemas para resolver y  premiaba con la mejor nota al que terminaba primero la tarea. Muchas veces terminé primero que mis compañeros, pero nunca entregué el cuaderno hasta no escuchar cuál era el resultado. Me parecía que si lo había resuelto rápido, seguramente, estaría equivocada. Creía que había otros alumnos más inteligentes, más dueños del mundo. Los que tenían una casa más grande y podían invitar a los amigos a jugar; los que iban en auto al colegio; los que se encaprichaban con tener el mejor reloj y lo conseguían; los que tenían padres profesores o maestros; las que tenían curvas que comenzaban a insinuar su adolescencia; las que tenían el pelo largo.

Esas pequeñas marcas de la vida cotidiana se fijan atravesando capas y capas que al crecer, uno – con suma paciencia – se tendrá que encargar de ir exfoliando. Y mientras tanto, se guardará en los cajones aquello que se dibujó o se escribió; se cantarán las propias  canciones como si fueran de otros; se bailará a escondidas; se hablará mencionando a otros autores para que la palabra propia tenga peso;  se mirará el mundo desde las filas de atrás para no llamar la atención; se dejará que otros más ambiciosos ocupen lugares que quizás,  no se merezcan; se creerá que el que dice que es bueno y mejor, es bueno y mejor.    

Y a pesar de que siempre hay tiempo para deshojar cada una de las capas y encontrar que el mundo también le pertenece, una jamás dejará de sentir que la vida hubiera sido otra si en la escuela primaria hubiera corrido el riesgo de ser la primera en entregar el resultado asumiendo la posibilidad del error.

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