Es una mañana gris.
Saco el sol del bolsillo de las cosas importantes.
Lo miro y después de un pequeño instante, me lo pongo de sombrero.
Saco el sol del bolsillo de las cosas importantes.
Lo miro y después de un pequeño instante, me lo pongo de sombrero.
De a poco siento cómo mi cabeza comienza a calentarse.
Y se me ocurren ideas fogosas que me alejan del gris del día.
Y se me ocurren ideas fogosas que me alejan del gris del día.
Y me parece que esto va a durar, incluso, hasta muy entrada la noche.
Y que mi sol va a calentar las cabezas de los que estén a mi alrededor, si por esas causalidades, ellas están grises como el día.
Entonces vamos a vernos bien de cerca, hasta el más mínimo detalle, que incluye el alma.
Y aunque sea por un rato se van a iluminar esas zonas que siempre están viendo tinieblas y lluvias y huracanes.
Me gusta tener un sol en mi bolsillo de las cosas importantes.
Por las dudas.
me encantó! yo le pediría a esta señora fogosa que me preste su sol un rato para esos días grises, tal vez después de probarlo me dan ganas y me inventó el mío propio.
ResponderEliminarFlavia