El otro día estaba tomando un café en la esquina de mi depto., y veo pasar a una señora con un perro que llevaba un sweater entre los dientes. Hasta el momento mi experiencia era la de haber visto – sobre todo en las películas – a los perros llevando el periódico de sus amos. Pero no lo pensé mucho más.
Hoy a la mañana, veo nuevamente al perro llevar otro sweater, esta vez rojo y no pude aguantar las ganas de preguntarle a la señora.Ella me dijo que el perro tiene que llevar siempre “algo de ella”; y que todas las mañanas él elige qué llevar; pueden ser llaves, la billetera, o cualquier prenda que se le antoje. A veces elige llevar el sweater que ella se iba a poner y entonces, tiene que cambiarse de ropa.
Me preguntó hasta dónde el perro tomará decisiones en esa casa.
En los pequeños actos de la vida cotidiana suceden las cosas que verdaderamente nos importan. Las rupturas y discontinuidades que irrumpen cada día son las que hacen que los recordemos a unos, más que a otros. Mi intención en este blog, es la de acopiar historias, relatos, reflexiones, anécdotas, sensaciones que privilegien el día a día, para que alguna vez puedan ser contados.
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ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA
ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA
Unas veces, salen sin pedir permiso y te piden que las pongas en algún lugar, como si estuvieras hablando y a las palabras se las llevara el blog. Otras veces, las encontrás en borradores que habías descartado y las ponés así, revueltas, desordenadas, como la ropa vieja que se cocina con lo que quedó de la noche anterior. Palabras que desean tocar, pellizcar, acariciar, poner la oreja y encontrarse con otras que al igual que ellas desean salir de alguna garganta.
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