Todos somos artistas.
Cuando tenemos una presión en el pecho a punto de estallar, somos artistas.
Cuando necesitamos decir más cosas a más personas, somos artistas.
Cuando fijamos la mirada en un punto incierto y nuestra imaginación da vida a algo nuevo, somos artistas.
Cuando sentimos, nos conmovemos y necesitamos comunicarlo, somos artistas.
Cuando nuestro cuerpo está inquieto, dubitativo, ansioso, queriendo hacer algo que trascienda, somos artistas.
Sólo que muchos, no lo sabemos.
Y el mercado es un muro. Y los prejuicios, otro. Y los miedos, y la autoestima. Y el qué dirán.
El secreto está en encontrar la herramienta adecuada. Y hasta que ese día llegue, habrá que buscarla denodadamente. Y jugar. Y equivocarse. Y soportar lo feo. Y aceptar la mirada de los otros.
En los pequeños actos de la vida cotidiana suceden las cosas que verdaderamente nos importan. Las rupturas y discontinuidades que irrumpen cada día son las que hacen que los recordemos a unos, más que a otros. Mi intención en este blog, es la de acopiar historias, relatos, reflexiones, anécdotas, sensaciones que privilegien el día a día, para que alguna vez puedan ser contados.
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ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA
ESCRITURA ESPONTÁNEA Y ROPA VIEJA
Unas veces, salen sin pedir permiso y te piden que las pongas en algún lugar, como si estuvieras hablando y a las palabras se las llevara el blog. Otras veces, las encontrás en borradores que habías descartado y las ponés así, revueltas, desordenadas, como la ropa vieja que se cocina con lo que quedó de la noche anterior. Palabras que desean tocar, pellizcar, acariciar, poner la oreja y encontrarse con otras que al igual que ellas desean salir de alguna garganta.
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